miércoles, 11 de febrero de 2009

La segunda historia de la madrastra de Blancanieves

Tarde de lluvia, aburrida en palacio.
La madrastra de Blancanieves daba vueltas por su habitación esperando a que le viniera una idea sobre que hacer esa tarde.
Se acostó en la cama mirando hacia su espejo mágico que había colgado en la pared detrás de dos cortinas rojas. Pensó durante un rato mientras lo miraba fijamente y se le ocurrió la manera de pasar el rato; discutir con su espejo majito, al parecer no se llevaban muy bien.
-Espejito, espejito, ¿quien es la mas hermosa de este reino?-Creo que esta clara la respuesta mi señora, vos no.
-¿Como? ¿Que osadía es esa? - Aunque esperada la contestación, se quedo con la boca abierta.
-La misma que la de su pregunta mi reina.
-¿Como?
-Con esa cara arrugada.... ¿como se puede uno mirar a un espejo?
-Serás... - contesto enfadada la madrastra
-señora, las amenazas no le convienen y los insultos tampoco, si no lo recuerdo mal, esto es un libro para niños.
-Si es un libro para niños deberías contestarme con más educación.
-Lo siento, pero no lo veo posible, será mejor que duerma un rato y pase de usted.
-¿como?
-Sin ofenderla, pero últimamente lo único que sabe responder es: ¿como? Existen mas palabras- dijo entre risas
-ya que es la única palabra que se pronunciar, nunca te liberare de ese espejo.
-Señora, si mal no recuerdo, prometisteis liberarme
-Lo prometí si, pero las promesas vos tampoco las cumplís. Tú prometiste amarme toda la vida y me engañasteis.
-Pensé que eso ya estaba olvidado.
-Pues te equivocaste. Me hiciste daño Osvaldo
-¿Y ahora me llamas por mi nombre?
-Nunca deje de amarte y ya que no podía perderte, preferí dejarte preso en este espejo para la eternidad.- Dijo con los ojos algo llorosos.
-Lo siento, no pretendía hacerte daño… yo… te quiero.
-Eso no cambia nada.
-Ella no significó nada para mi, solo tu.
Tras una larga charla el espíritu del espejo consiguió que la madrastra le liberase y después de ello él se fue con su verdadera amada.
Después de ese engaño, la bruja la condenó a morir junto a Osvaldo en la cárcel. La madrastra decía: si tanto os queréis, os querréis hasta la muerte.

Moralejas: no te fíes de las palabras de nadie y… hay amores que matan.

1 comentario:

mago merlín dijo...

Muy bien. Un diálogo con moraleja. Dos, a falta de una.
Saludos, hada Ezternut.